Editor especializado en montaje cinematográfico y estructura dramática. Cursó estudios de dirección en la Universidad del Cine, y de dirección de actores y puesta en escena con el actor y director Augusto Fernández. Es docente en la cátedra de montaje en el Departamento de Artes Audiovisuales del I.U.N.A. (Instituto Universitario Nacional de Artes) y la E.N.E.R.C. (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica). Fue supervisor de proyectos en la Clínica de Edición del 21° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.Participó en el montaje de los films La Historia de un Fueguito, Más Que Un Hombre, Cumbal, Sangrita y Bolivia premiada por la crítica en los Festivales de Cannes, Rotterdam, San Sebastián, Huelva y Londres. Estuvo nominado al Premio Cóndor de Plata en el año 2003.
1. Expectativa y curiosidad. El editor es el primer espectador del film. Observa, compara, elije y ordena fragmentos de espacio y de tiempo para el espectador, que en definitiva es él mismo.
2. Un editor busca que imágenes y sonidos con los que trabaja lo seduzcan, lo entusiasmen, lo cautiven. Arma y se desarma el relato en su mente una y cien veces. Es un proceso lento, constante, paciente; y mientras dura es imposible abstraerse de él.
3. Las imágenes no tienen un valor absoluto. Tienen sentido por el lugar que ocupan. Un plano equivocado puede ser uno acertado ubicado en el contexto adecuado. Esto es producto de la fragmentación del espacio y el tiempo.
4. La división del espacio y del tiempo en múltiples puntos de vista con diversas duraciones crea nuevas relaciones entre los sujetos y las cosas. De esta manera lo viejo y conocido puede ser nuevo y sorprendente.
5. Una escena lograda siempre tiene una idea escondida. Un deseo oculto que el espectador puede intuir pero no ver directamente. Como el iceberg que solo muestra una pequeña parte de su volumen. Permitiendo esta intuición en el espectador es que se genera la expectativa y el interés necesarios para continuar mirando.
6. Montar es preocuparse en el porqué de las acciones en cada momento. Es enlazar movimientos y miradas entre los sujetos y de los sujetos hacia los objetos. Miradas que expresan intensiones, movimientos que las confirman. Se trata de conducir la mirada del espectador a través de éstas relaciones.
7. El cambio continuo es lo único constante. Debería existir cambio y evolución de plano a plano, de escena a escena, de secuencia en secuencia. Esto se expresa a través de un conflicto que es la resistencia que se encuentra en cada acción propuesta. Es necesario entender al conflicto en esta doble forma. Parte y contraparte del continuo cambio.
8. Nada es dramático de por sí, en forma aislada. Es necesaria una progresión en el cambio y la evolución del conflicto. Puntos intermedios que forman la silueta del problema. Es en esta progresión que se alcanza presición en la emoción a transmitir.
9. Comprender es conocer y compartir. Esta comprensión se logra por proximidad al punto de vista desde donde se observan las cosas. Juicio, aprobación o condena surjen siempre a partir del conocimiento de los hechos y circunstancias en las cuales se producen los acontecimientos. Esta lógica es parte escencial del espectador y funciona todo el tiempo que dura la proyección.
10. La cinematografía amplía la experiencia vital, la sella, la escribe. No es casual que a comienzos del S. XX al cine se lo denominara biógrafo. Esta ampliación es un problema de intensidad. Hay algo que le pasa a alguien porque se comporta de cierta forma. Entender esto puede llevarle varios años al protagonista de los hechos. El espectador lo entiende al cabo de dos horas. Como y porque ocurre lo que ocurre. Este es el saldo final.
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